No vamos a desvelar la fórmula de la Coca Cola ni mucho menos en este post. Todos tenemos claro que navegar, como cualquier otra actividad, supone unos gastos. Pero, nunca está de más conocerlos para ir bien preparado, ¿verdad?
Si ya tienes barco puedes saltarte este párrafo, pero si aún andas buscando velero con el que surcar los mares presta atención. Cuando compramos un buque, y partimos de la idea que siempre se elige el mejor en función de su relación calidad-precio, lo aconsejable es encargar una inspección pre-compra para quedarse más tranquilo y no esperar sorpresas desagradables cuando se esté navegando.
Una vez solucionado el trámite del barco, tendrás que apuntar en tu cuaderno el resto de costes que deberás tener en cuenta:
Amarre
Este es uno de los principales gastos, sobre todo en algunas zonas del Mediterráneo. Lo ideal sería un coste anual fijo, pero si esto no entra en tus planes lo mejor es disponer de guías que te indiquen los puertos más asequibles. En este tipo de costes tienes que incluir en tus cálculos los gastos derivados de sacar el barco del agua en invierno y la estancia en el varadero, si lo tienes en una zona donde éste es el procedimiento común.
Seguro y combustible
Estos son otros dos gastos inevitables. Las características de tu barco influirán tanto en uno como en el otro. Lo mejor, en el caso del seguro, es consultar a un agente de pólizas especializado en naútica de recreo. En cuanto al combustible, esa previsión no es tan fácil de estimar, pues depende de la distancia media que pretendes navegar por salida, el número de salidas que piensas hacer por mes y multiplicarlo por el consumo del barco a velocidad de crucero.
Mantenimiento y burocracia
En este capítulo estamos en las mismas que en el anterior. Es decir, todo depende del barco que tengas y del uso que le des. Aunque también es cierto que hay elementos comunes como, por ejemplo, la pintura, ya que cualquier navío necesita una tipo antifouling por su presencia en el agua.
Los motores también necesitan mantenimiento regular, incluyendo las revisiones periódicas, puestas a punto y cambios de aceite. Pero también habrá que tener en cuenta las posibles averías.
Si lo que tienes es un barco de vela tus costes, en este sentido, recaerán en el mantenimiento de los sistemas de propulsión y de las velas, que deben ser cambiadas cada 10 años.
La limpieza también cuesta dinero: Los productos de limpieza, el aceite de teca, la cera y pulimento.
En cuanto a la burocracia, si tu barco mide más de 6 metros tendrás que pasar, cada cinco años, por unas inspecciones periódicas obligatorias.
No hemos tenido en cuenta en este post otros gastos, en algunos casos recurrentes, que podrías asumir si te lanzas a surcar los mares. Pero éstos son los habituales y de los que no te podrás librar con ninguna argucia.