Navegar puede ser el mejor ejercicio de libertad que experimentes, pero surcar el mar no es un juego de niños y hay cosas que debes tener en cuenta antes de lanzarte a la aventura.
Los patronos de embarcación ya conocerán estos ‘tips’, pero nunca está de más recordarlos. Comencemos nuestro particular cuaderno de bitácora con estas claves:
Prevenir mejor que curar
Qué manida está esta frase, pero qué gran verdad esconde… Y en el mar, prevenir debe ser nuestro verbo matriz. Lo primero que debemos hacer antes de embarcarnos es comprobar el tiempo que nos hará. La meteorología es muy importante, de ahí que sea conveniente informarse del tiempo a través del Instituto Nacional de Meteorología (inm.es) o de las transmisiones por radio VHF que se realizan a través de los Centros de Salvamento Marítimo.
Como previsión, también es aconsejable documentarse bien de la hoja de ruta que llevaremos en nuestra aventura y los puertos que esperamos visitar. Además, antes de zarpar deberemos comprobar que la embarcación cuenta con todo el equipamiento de seguridad, salvamento, contra incendios, navegación y de prevención de vertidos, todos ellos obligatorios por ley.
La comunicación es primordial
Este es un axioma que podría servirnos en todo tipo de situaciones, pero en el mar adquiere una dimensión aún mayor si cabe. Si vamos a salir a navegar deberemos conocer las autoridades y canales con los que tendremos que contactar en caso de incidente.
Las frecuencias para contactar con Salvamento Marítimo a través de la radio de abordo son el canal 16 en VHF 156 16 en VHF 156,8 Mhz y en Onda Media, 2.182 Khz. En Llamada Selectiva Digital (LSD) son en VHF 156.525 Mhz (Canal 70), y en Onda Media 2.187,5 Khz
¡La vida pirata es la vida mejor! Vivir abordo no tiene nada que ver con hacerlo en tierra firme. En un barco debes preverlo todo. ¡De nuevo la previsión! Siempre tendremos que contar con buenas provisiones de comida, pero sobre todo de agua; crema para el sol (que es más agresivo que en la costa); y ropa cómoda que nos permita movernos con soltura en la embarcación. Y no nos olvidemos del abrigo, que por las noches en alta mar refresca.
Tampoco podemos ser tacaños con el botiquín (aunque no es obligatorio si se navega a menos de 5 millas de la costa), ni olvidarnos el teléfono de asistencias marítimas que podrían auxiliarnos en caso de necesitarlo.
¿Un chapuzón? Sí, pero no de cualquier manera…
Imagínate que ya estamos en alta mar y nos apetece darnos un baño. Buaaa, no hay nada mejor que tirarse de cabeza al mar y disfrutar de un poco de diversión. ¡Adelante! Pero hay que tener en cuenta que siempre deberá haber alguien a bordo de la embarcación por si tuviera que contactar con emergencias o para corregir la embarcación si ésta se alejara de la zona de baño. También es buena idea lanzar un flotador atado al barco y desplegar una escalinata o cuerda para poder subir luego.
Atraca con todas las de la ley
A la hora de volver siempre deberemos buscar puertos que cuenten con las instalaciones necesarias y unas medidas de seguridad suficientes.
Y ahora, con todos estos consejos aprendidos, surca el mar y disfruta del viaje.